Llorar un rato

Todos necesitamos llorar un rato alguna vez. Pasa cuando nos quedamos solos y vienen a visitarnos las cosas que no van bien. Resbalan las lágrimas como una tormenta de verano, caen de nuestros tejados y  se llevan el rimel y la lucidez. Vendaval de lo que llevamos dentro que nos pone la piel de gallina. Rayo que cae tan fugaz, que atiza y hace reaccionar de una y para un rato. Ese abrazo que está ausente, esa explicación que necesitamos y que no tenemos. Esa niña que echa de menos la ignorancia, la sinceridad… los rayos de tu sol, las cartas con sello. 
Todos necesitamos llorar un rato y quedarnos dormidos. Porque mañana será otro día, porque mañana saldrá ese sol: ese que nos dará el calor y la esperanza que necesitamos hoy.

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