Llegar a casa
Llegar a casa es cruzar el umbral y sentirte a salvo,
protegido, comprendido. La puerta, un trozo de madera y hierro, actúa como la
barrera más indestructible de la tierra. Entras, te quitas los zapatos, pones
la llave y te vas directo a la nevera. Un vasito de zumo y a desahogarte un rato
con el mando.
Últimamente, llego a casa todo el rato. Eres mi hogar.
Contigo puedo cantar en la ducha, hincharme a queso, ponerme el moño y
descansar un rato. Y tu sonrisa, es la cerradura que me mantiene a salvo. No quiero más, no pretendo más. Sólo girarme, ver tu cara, y sentirme
segura en esta mierda de mundo.
Y es que me has convertido en un caracol, y todos los días,
se me cae la baba.
Comentarios
Publicar un comentario