Cada palmo de su eco

Si me tienes amarrada, a la pata de la silla
Si me tienes atrapada, en tres mares de cosquillas
Si cada vez que te mientes, sonrío con pensarlo
Si cada vez que sonrío, este cuarto es demasiado

Para de interrogarme, para de interceptarme
No me sigas, no te escudes, en dialéctica amarilla
Reconoce aquí y ahora, que eres libre de pararte
Reconoce, que las alas son mi arte. Y escaparme…
De estas jaulas hechiceras empañadas y de estaño
Marearte casi al tempo, empeñado en ser eterno
Que me tienta y se resbala… que se queda y que nos jode
Que lo muestra pero esconde cada palmo de su eco
Que es añil el universo de miradas y de flexos

Marionetas del lunático deseo de cambiar
De callar y de esperar a que los cielos sean cielos
Y destrozas los silencios, y los llenas de colores
Y alborotas los suspiros ahuyentando mis temores

Y te pregunto…

Quien fuera cadena, quien fuera metal
Quien fuese el fuego y quien la fechoría

Quien fuese el aire, y quien la valentía
Quien fuese la fuerza, quien lo fuese mataría

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